Entrevista completa al titular de la UCR, Ernesto Sanz.
El senador acaba de hacerse cargo de la conducción nacional del radicalismo. Desde allí peleará por la presidencia. Su principal rival interno, hoy, es su comprovinciano Julio Cobos
Ernesto Sanz vive un momento exultante. Su segundo acceso a la conducción nacional de la UCR, tras el paso fugaz de hace tres años, lo acerca al sueño de su vida: pelear en 2015 por la presidencia. Esta entrevista es un muestrario de sus pasiones. Y del timing que le dio su intensa carrera legislativa.
-Es cierto. Pero el mal no se cura con menos política o con peor. La mejor manera de empezar a curarse es sintiéndonos todos parte de la política. De lo contrario, una minoría, para colmo caracterizada como “clase política” (título que detesto), resuelve aislada sobre la vida de la mayoría.
-Encima del desprestigio, está el malhumor puntual de la población por temas como los saqueos, la rebelión policial, los cortes de luz, etcétera. Qué momento, ¿no?
-Es la paradoja de la década. La de más capital (dinero) acumulado y la de mayor descapitalización estructural en términos de calidad educativa, cohesión social, infraestructura para el desarrollo y respeto por la ley. Invito a leer los debates del 2006 que tuvimos con CFK. Sin hacer futurología advertíamos ya de esto.
-¿Cómo está viviendo este fenómeno usted, que, si bien no integra el oficialismo, es parte de la elite dirigente?
-Lo vivo como un desafío. La Argentina está ante problemas serios pero remediables. Seguimos teniendo una condición privilegiada en el mercado mundial que debemos aprovechar con buena gestión pública, transparencia en el Gobierno y
planificación entre el Estado y los privados.
-¿Se cree merecedor de la distinción Mendocino del Año?
-Me sorprendió. No lo esperaba. Fue quizás el año en que más trabajé de toda mi vida política. Fui protagonista de grandes temas parlamentarios (Irán, Justicia, blanqueo, Código Civil, etc). En lo partidario caminé el país tras el objetivo de recuperar mi partido, con buen resultado colectivo y también personal, coronado en la elección unánime como presidente de la UCR.
-¿Por qué, entonces?
-Convengamos que ninguno de los temas de la respuesta anterior es demasiado valorado a la hora de los rankings y ya me estaba acostumbrando a eso, hasta que ustedes me avisaron de la distinción.
-Tenga en cuenta que les ganó, en nuestra elección, a otros mendocinos meritorios como Sebastián Torrico, el doctor Abel Albino o Julio Cobos.
-Hay una lógica que comprendo, que es la de elegir a alguien conocido. Sin falsa modestia o demagogia, siento que hay muchos mendocinos sin fama que hacen cosas tan o más importantes por Mendoza que muchos de nosotros.
-Le pido una breve referencia sobre algunos de estos mendocinos destacados durante el año. Empecemos por Torrico.
-Si soy presidente, me lo llevo a la Rosada para atajar todo lo que me tiren.
-Julio Cobos.
-Un dirigente sensible y trabajador. Estoy convencido de que será un excelente representante de los intereses de Mendoza en la Cámara de Diputados.
-Nicolás del Caño.
-Una sorpresa. Joven, carismático y perceptivo; supo interpretar el desencanto y las utopías de miles de mendocinos.
-Abel Albino.
-Tendría que ser un “destacado vitalicio y honorario”. Imposible competir con él.
-Marita Perceval (embajadora en la ONU).
-Desperdiciada. Excelente ella, pero diluida en medio de la orfandad absoluta de política exterior de este gobierno.
-Juan Carlos Fábrega. Entre paréntesis, qué difícil la tiene al frente del Banco Central, ¿no le parece? ¿Le despierta alguna esperanza?
-Confieso que lo apoyé pensando más en el período 2015- 2019 que en estos dos años. Es ideal para otro presidente.
-¿Cómo le cae Paco Pérez?
-Creo que es una buena persona, pero su gobierno no ha podido revertir la espiral decadente de Mendoza. Mendoza va a volver a ser grande cuando los líderes sindicales que salgan en los medios sean, como hace cuarenta años, los de la vitivinicultura o la fruticultura y no los de ATE.
-Si le hubiera tocado a usted la elección, ¿quién sería el Mendocino del Año?
-Antonella Calabró. Madre de un chiquito diabético. Integrante de NADia, organización que promovió y ayudó a sancionar la nueva ley de diabetes. Ella es de San Rafael.
-¿Cómo la está viendo a la Presidenta, en lo personal y en lo político?
-En lo personal, bien. Ha tenido una recuperación exitosa de su operación y eso es bueno para ella y para el país. En lo político la veo mal, creo que se está topando con sus propios errores. La Argentina sufre un combo de seis años de inflación, baja inversión, distribución asimétrica de recursos entre la Nación y las provincias y un Gobierno que tiene más causas penales que proyectos de futuro. Todo eso es consecuencia de la mala praxis del kirchnerismo en el poder. El populismo con plata, zafa; el populismo sin plata, desnuda sus miserias.
-¿Le parece pertinente que algunos de sus colegas, como Lilita Carrió, estén comparando, incluso desfavorablemente, a Cristina con Isabelita?
-Las comparaciones históricas confunden más de lo que aclaran. Cada proceso histórico tiene dinámicas económicas, políticas y sociales propias. Cristina Kirchner no es ni Evita ni Isabelita, es una presidenta más, que se ha equivocado más de lo que ha acertado; pero es un cuadro político.
-¿Qué siente por De la Rúa, que viene de ser exculpado en el caso de las coimas en el Senado, 13 años después?
-Sinceramente, nada. Su gobierno fue decididamente malo, pero no creo que haya sido corrupto.
-Tras su absolución, De la Rúa dijo que hubo un golpe de Estado civil en su contra, orquestado por el peronismo y con complicidad de algunos sectores del radicalismo. Esto último suena verosímil. Su opinión.
-Hubo un gobierno incompetente y una oposición que, lejos de colaborar, desgastó, atacó y debilitó al Gobierno. Pero no creo en las teorías conspirativas.
-¿Es una cruz, para ustedes los radicales, la figura de De la Rúa?
-No. Yo en esa época fui intendente de San Rafael, y si bien me quedaron materias pendientes, creo que hicimos un gobierno decente, correcto y de progreso. Recibí una intendencia con problemas económicos y dejé el gobierno municipal con los sueldos al día, bajamos la mortalidad infantil del departamento a la mitad, llevamos agua potable a diez mil hogares, recuperamos el tren de cargas y creamos el primer fideicomiso productivo de la Argentina.
-Lo que sí es una cruz, pesada, para la UCR, es la sensación de ingobernabilidad que transmiten. Sobre todo desde que los últimos presidentes del partido, Illia, Alfonsín, De la Rúa, no lograron terminar su mandato. ¿Cómo se revierte eso?
-Gobernando. Solo se revierte gobernando y déjeme que le diga que, de los seis gobiernos radicales (Yrigoyen, Alvear, Frondizi, Illia, Alfonsín y De la Rúa), al menos cinco fueron mejores que los de Cristina Kirchner.
-Con la mano en el corazón, ¿cree que alguna vez el radicalismo volverá a gobernar el país…y con algún éxito? Convénzame, por favor, con algo más que expresiones de deseo.
-En 2015. Estoy convencido de que Argentina tiene todo para desarrollarse y progresar de una vez por todas. Para eso necesita un gobierno diferente a los gobiernos peronistas de los `90 y de esta década, que han llevado al país por una espiral decadente.
-¿Cómo se hace?
-Mire, con cinco medidas Argentina puede ser un país mucho mejor en 2019: equilibrio en las cuentas públicas, corrección en la distribución de recursos entre la Nación y las provincias, un gobierno que promocione y facilite la inserción de la producción argentina en el mundo, una verdadera reforma educativa para que las escuelas vuelvan a formar y recuperen excelencia, y planificación de inversión en obras públicas estratégicas y de calidad. Con eso y con transparencia, Argentina se encamina hacia el progreso. Como usted es un duro, se va a convencer recién en la última semana del 2015, pero juro que nos va a votar, como millones de argentinos.
-Acepto el convite. Finalmente, ya que estamos, ¿logrará revertir usted esa tendencia imparable del radicalismo contemporáneo a devorarse a sí mismo, al suicidio político?
-Tenemos desafíos mayores. Si somos capaces de construir una alternativa de gobierno válida, creíble y exitosa, eso será un recuerdo del pasado.
-¿Parte de todo esto que estamos hablando es lo que lo ha llevado a presidir de nuevo el partido?
-Me ha llevado a presidir el partido un trabajo de dos años recorriendo el país, conociendo las realidades locales y creando vínculos con el radicalismo en toda la Argentina. No creo en la democracia de candidatos, sí en la de partidos sólidos y fuertes. Y por eso estoy al frente de la UCR.
-No es sencillo lo suyo. He visto fracasar a muchos en ese cargo, tratando de remozar un partido anquilosado, artrítico, sobre todo desde el alfonsinismo de Buenos Aires. Le pongo como ejemplo a su comprovinciano Roberto Iglesias.
-Como decía antes, cada proceso histórico tiene sus características propias. El radicalismo tiene más futuro que historia, solamente debemos convencernos de mirar por el parabrisas y olvidarnos un poco del espejo retrovisor. Tenemos un enorme desafío: liderar una alternativa de cambio en Argentina y estoy convencido de que vamos a conseguirlo.
-¿Qué tiene usted que no tenga Iglesias?
-Somos distintos. Tengo paciencia y diálogo con todos, dentro del radicalismo y fuera de él.
-¿Y qué tiene usted que no tenga Cobos? Lo digo pensando en que, al menos hoy, ambos son dos de los más fuertes precandidatos de su partido a la presidencia en 2015.
-Tenemos trayectorias distintas, personalidades diferentes y valores comunes. Yo confío mucho en el trabajo de equipo y la planificación. Argentina necesita planes, rumbos de largo plazo y certezas desde el Estado.
-¿Con qué otro u otros van a tener que competir usted y Cobos por ese sitial?
-Lo primero es cerrar el espacio común. Nos juntamos en casa de Hermes Binner en Rosario con los socialistas, el GEN, la Coalición Cívica y Libres del Sur para ir avanzando. No hay vacaciones en esta tarea.
-La última experiencia fue muy mala: tanto a usted como a Cobos, la UCR los sacó de competencia en 2011 para poner en su lugar a un candidato tan endeble, tan poca cosa como Ricardito Alfonsín. ¿Por qué ahora no debería ocurrir lo mismo?
-Porque hemos aprendido. En 2011 el espacio de partidos ajenos al peronismo obtuvo el 30% de los votos, pero con tres candidatos distintos. Si en una primaria en 2015 trabajamos en un mismo espacio, en octubre el ganador de esa primaria es el presidente de la Nación.
-¿Cómo va a resolver su duelo con Cobos? ¿Va a ser un mano a mano personal? ¿En el comité, como es habitual entre ustedes? ¿Mediante las PASO, por fin? ¿Cómo?
-Estoy convencido de que las primarias son un muy buen sistema. Si hay dos o más aspirantes al mismo cargo, pueden presentarse con este sistema que garantiza transparencia, legitimidad y previsibilidad.
-¿Imagina o desea unas PASO con aliados del nivel de Binner o Carrió?
-Sí. Imagino unas PASO competitivas donde participen varios candidatos y ellos son parte del espacio que queremos construir.
-Hagamos futurología: ¿en qué otra provincia, además de Mendoza, puede ganar la UCR en 2015?
-En octubre ganamos en siete y quedamos cerca en otras tres. Podemos ganar las gobernaciones de Mendoza, Jujuy, Tucumán, Córdoba, La Rioja, Catamarca y Santa Cruz; también podríamos ganar la Capital y dar la sorpresa en Misiones; además, seguiremos gobernando Santa Fe y Corrientes.
-Según Pablo Moyano, el candidato presidencial del peronismo saldrá entre Scioli, Massa o De la Sota. No parece desatinada la proyección. ¿Cuál es su percepción?
-Creo que habrá al menos dos candidatos peronistas y la división entre ellos, sumada al peso de la mala gestión de estos últimos años, les saldrá caro en las urnas.
-¿La ve candidata a Cristina en 2015? ¿A qué? ¿Y para qué?
-No creo que sea candidata. No le haría bien a ella ni a su espacio político.
-Dentro del kirchnerismo puro y duro, ¿cuál es la figura más presentable, de mayor calidad?
-Hay algunos buenos funcionarios y dirigentes. Julián Domínguez y Jorge Taiana, por ejemplo.
-¿Quién es la máxima autoridad del kirchnerismo, el poder real, después de Cristina?
-Carlos Zannini. Y muchos de los males del Gobierno se deben a su convicción de que la herramienta de construcción política debe ser la confrontación permanente. Ese es el mayor fracaso del Gobierno.
-Usted convive en el Senado con el vicepresidente. ¿Qué clase de personaje es Boudou?
-Como presidente del Senado es respetuoso de la oposición y tiene un bajo perfil. Pero está claro que hasta tanto la Justicia no ponga blanco sobre negro sobre su conducta, su presencia en el cargo es conflictiva.
-¿Qué siente por él?
-Nada en especial. Tengo pocas coincidencias, pero lo respeto como a cualquier persona.
-¿Qué es lo más vergonzante que vio en el Senado en todos estos años?
-Las presiones con que el Gobierno somete a los gobernadores y, a través de ellos, a muchos legisladores. Las presiones son vergonzantes y que se dejen presionar también. En términos concretos, a mí me hubiera dado vergüenza ascender a Milani, un hombre sospechado de torturas en dictadura y de enriquecimiento ilícito en democracia.
-¿La clase dirigente argentina es más corrupta que el promedio (como dicen ciertas mediciones) o estamos más o menos como todos?
-El problema de la corrupción en la política es la impunidad. Al no existir diferencias entre buenos y malos, la sociedad mete a todos en la misma bolsa. Lo grave es que la impunidad se está convirtiendo en un mal social. Hay que cambiar de arriba hacia abajo y viceversa. Arriba, con cárcel a corruptos; y abajo, aplicando con severidad los códigos de falta, que es por donde se arranca el camino de la ilegalidad.
-Otro dato de 2013 es que se fue Moreno. ¿Terminó la pesadilla o solo cambiará de nombre?
-Por ahora, solo es un cambio de nombres. El comercio exterior sigue plagado de controles inexplicables y poco transparentes, el INDEC continúa intervenido y la mecánica de acuerdos de precios, de inutilidad probada, sigue siendo la única respuesta del Gobierno a la inflación.
-Otra vez se destacó este año su labor parlamentaria. ¿No le duele, no le molesta, que su prestigio como senador no se traduzca en popularidad entre los argentinos?
-La popularidad tiene sentido en los artistas. Está plagado de políticos con popularidad y desprestigio. Entre los políticos es importante el respaldo de las urnas y tengo el orgullo de haber sido reelecto como senador con más del 50% de los votos. Es un desafío construir apoyo electoral a nivel nacional y estoy preparado para hacerlo.
-Convengamos que, después de tantos años en los primeros planos de la política nacional, usted mide bastante poco. Sobre todo en relación a lo que aspira.
-El “mide/no mide” es un juego improductivo. ¿Cuánto medía Alfonsín en 1981? ¿Y Menem en 1987? ¿Cuál era el nivel de conocimiento público de Néstor Kirchner en 2001? ¿Alguien pensaba luego de las legislativas de 2009 que Cristina sería reelecta? La política es dinámica y cambiante, lo único que permanece inalterable son los valores, las ideas y la vocación de construcción. El apoyo electoral es consecuencia de eso.
-¿Qué tiene que hacer para levantar su imagen? ¿Ponerse de novio con una vedette? ¿Lanzar promesas extravagantes, mentir un poco más? ¿Le falta algo más de cholulismo y exposición mediática fuera de los programas políticos?
-Si eso es lo que hace falta, paso. La Argentina que viene se construye con seriedad, previsibilidad, ideas, planificación y equipos de trabajo. La política del cholulismo es efímera y la Argentina reclama largo plazo.
-En resumen, ¿cómo se construye un candidato con posibilidades en esta Argentina de hoy?
-Caminando, trabajando, dialogando, conociendo el país y planteando soluciones e ideas para el futuro. Mostrando coherencia, valores y propuestas. Así entiendo la política.
-Ustedes los políticos tienen un problema con la aparición fulgurante del papa Francisco: les roba toda la atención, tiene más credibilidad, tiene entrenamiento peronista para subyugar a las masas y, encima, se ve como mejor opositor que cualquier otro opositor.
-No es un problema, es una excelente noticia. Es bueno que los argentinos nos sintamos identificados con un hombre que habla claro, con valores y principios, que entiende que la paz, el amor al prójimo y la igualdad son más que retórica vacía.
-¿Por qué el inesperado auge de la izquierda trotskista, en Mendoza y otros lugares del país, en las últimas elecciones?
-Porque supo interpretar el desencanto de muchos con el oficialismo y el anhelo de una propuesta diferente de muchos otros. No creo que sea coyuntural ni puramente ideológico.
-En cualquier encuesta, la inseguridad figura al tope entre las preocupaciones de los argentinos. Para usted, ¿cuáles son los principales problemas que sufre hoy el país?
-Los que no salen en la tapa de los diarios. La caída drástica de la calidad educativa, la existencia de más de un millón de pibes sin proyecto de vida y la violencia ética ejercida desde el poder traducida en que acá se puede hacer cualquier cosa sin tener castigo.
-¿Usted tiene la solución para esos males? ¿En serio? No me haga otra promesa tipo con la “democracia se educa, se come” y no sé cuántas cosas más.
-Tengo otra visión de cómo afrontar los problemas. La inseguridad es insoluble si no hay una decisión del Gobierno de atacar la economía del delito, las redes delictivas. Para empezar, hay que radarizar las fronteras y regular y controlar los desarmaderos; a su vez, la Justicia debe actuar rápido y concretamente, las penas deben cumplirse tal como corresponde. Pero todo esto requiere para comenzar un cambio de valores del Gobierno: es más grave la inmoralidad de los funcionarios que un arrebato. Para cambiar la realidad hay que ser ejemplares y el kirchnerismo no lo es.
-¿Y la inflación?
-La inflación sí se soluciona con iniciativas concretas. Requiere en primer lugar confianza para incentivar la inversión, controlar la emisión monetaria y desintervenir el INDEC.
-Hoy la palabra no vale nada, viniendo de la política. Vale menos que un número del INDEC. La destruyeron entre todos. ¿Cómo se recuperan la credibilidad, la confianza?
-Con el ejemplo. El respeto se gana trabajando con transparencia y dando el ejemplo, como en cualquier orden de la vida. Recuperando la Justicia como una herramienta para evitar la impunidad.
-¿Cuál es el mejor político de la historia? ¿Quién preside su panteón?
-Hacia adentro, dos: el general San Martín y Domingo Faustino Sarmiento. Afuera, Gandhi y Mandela.
-¿Cuál es el mejor político que conoció en su vida?
-Ricardo Lagos. He tenido la suerte de charlar con él y cada vez que lo escucho la cabeza se me abre de par en par.
-¿Cuál fue el mejor gobernador radical, desde el 83: Llaver, Iglesias o Cobos?
-Cuanto más tiempo pasa, más se agiganta la figura de Llaver. Llegó al Gobierno con una democracia endeble y armó el mejor equipo de gobierno que tuvo Mendoza, puso por delante los intereses estratégicos en el episodio de los Nihuiles y dio los primeros pasos de una Mendoza equilibrada, plural y tolerante.
-¿Quién debería ser el candidato radical a la gobernación en 2015? No vale tirar la pelota afuera. No me haga guitarreada radical.
-No hay guitarreada. Cualquiera de los cuatro candidatos radicales es mejor que los del oficialismo. Estoy convencido: Alfredo Cornejo, Enrique Vaquié, Laura Montero o Mario Abed serían mejores gobernadores que Celso Jaque o Paco Pérez. El mejor debe ser el que gane las internas abiertas. Ese es un mecanismo transparente, legítimo y participativo, infalible.
-¿Va a participar activamente de este proceso interno o se mantendrá al margen?
-Voy a participar como mendocino y como radical.
-¿Es más difícil trascender, en la política o en otro rubro, viniendo del Sur provincial?
-Se agrava con el tiempo. El Sur viene perdiendo fuerza demográfica y económica. La megalópolis que se ha formado en el Gran Mendoza obliga a una instalación mediática que cuesta mucho. Para colmo, los medios no se entrecruzan; lo que se ve y escucha en cada región es distinto.
-Bueno, Celso Jaque parece haber roto la maldición…
-Sí, pero a través de una construcción artificial, como fue el tristemente célebre “mapa del delito”. Y aprovechando la división del radicalismo…
-¿Y por qué usted no les puede ganar hoy en su tierra a los Félix? ¿Le faltará caciquismo?
-San Rafael tiene una dinámica política propia y el peronismo tiene un desarrollo territorial impresionante. De todos modos, elección tras elección esa diferencia se achica y en 2015 San Rafael tendrá un gobierno distinto, moderno y transparente.
-¿Cómo se define la condición de “sanrafaelino”? ¿Cuáles son sus señas básicas?
-Los sanrafaelinos tenemos un profundo sentido de pertenencia y nos enorgullecemos mucho de lo propio, de nuestra producción, nuestros deportistas, nuestros artistas y las bellezas de nuestro departamento. Además, somos emprendedores, nacen todos los años centenares de emprendimientos en el departamento; en lo social, muy familieros, el asado del domingo con la familia es innegociable; y somos hospitalarios con los miles de turistas que nos visitan año a año.
-¿Qué lo divierte en la vida, por fuera de la política?
-Viajar, conocer otra gente y costumbres. Y si es acompañado de mi familia, doble placer.
-¿Lee? ¿Cuánto?
-Leo muchísimo. Durante el año, además de los diarios, mucho material escrito por un gran equipo de colaboradores. En paralelo, tres o cuatro libros a la vez.
-¿Por ejemplo?
-Un policial negro (Simenon), una novela que mezcla historia y política (La Fiesta del Chivo, de Vargas Llosa, La Silla del Águila, de Carlos Fuentes) y algo de realidad nacional (Periodistas en el barro, de Edi Zunino). Recién terminé El Hombre que amaba a los perros, del cubano Leonardo Padura, deliciosa novela sobre la muerte de Trotsky. Este año, aprovechando las horas de avión, leí los discursos de Frondizi cuando era diputado y luego los de presidente.
-¿Qué película vio, enamorado, con su mujer, tomados de la mano?
-Diario de una pasión. Es la historia de una pareja. Se enamoran de adolescentes y mueren juntos en la ancianidad. Cada tanto la vuelven a pasar en HBO y nos volvemos a enganchar.
-¿Es de bailar o es el plomazo parlanchín de toda fiesta?
-Soy de madera para el baile, pero no me achico. Igual me pasa con el canto, pero me compré un karaoke y algún domingo me transformo en Serrat, Sabina, Julio Sosa o Los Chalchaleros.
-¿Qué música le pondría a su fiesta de asunción de la presidencia, si por una de esas llega? No me diga el Himno, por favor. Hablo de música popular.
-Juntos venceremos, por Jairo. La canté con él y otros amigos en un escenario el otro fin de semana, festejando los 30 años de democracia. El Gordo Sergio Palazzo y yo nos quebramos. Aunque a veces sueño con pedirles al Pocho y al Jorge Sosa que me compongan un himno para esa ocasión.
-¿Con qué méritos o atractivos cree usted que enamoró a su mujer?
-No deben haber sido ni la melena ni los abdominales, porque ambos “huyeron de mí”, como dice Sabina y sin embargo… ¡Cristina (la buena), todavía sigue a mi lado…!
-¿Cuál es su principal virtud personal?
-Paciencia, compromiso, capacidad de trabajar en equipo, constancia. Cualquiera de esas, la que usted prefiera.
-¿Y su defecto imperdonable?
-Soy impulsivo y en el nivel en que me muevo me suele traer muchos problemas.
-¿Con quién tiene más éxito, con el electorado femenino o con el masculino?
-En 1999, 2003 y 2009, me fue mejor en las mesas femeninas.
-Diga un piropo para quedar bien con alguna mujer.
-Nunca hay que decirle “qué lindo te queda tal cosa”, sino “qué linda sos”.
-Aconséjele a la misma chica un tema musical.
-Arráncame la vida y, si es posible, cantado por Daniel Riolobos.
-Si tuviera que serle infiel a su esposa, ¿con cuál mejor del planeta lo haría?
-Con la Michelle Pfeiffer de Frankie y Johnny, aquella con Al Pacino. Con la Sharon Stone de Bajos instintos.
-¿Lo perdonarían?
-Mi mujer me dice que solo si le permito irse con Roberto Redford en El Señor de los Caballos. Yo le contraoferto el mismo Redford pero en Propuesta indecente a cambio de un millón de dólares.
-¿Cuál es su mejor amigo dentro de la política?
-Por suerte tengo muchos. Soy amiguero. Luis Borsani, Jesús Rodríguez, Gerardo Morales, Claudia Najul, Mariana Juri. Se me van a enojar varios…
-¿Y fuera de ella?
-Jorge Martínez, Carlos Mazzoni, Juan Zavattieri, Oscar Demuru (el peronista), Jorge Meydac.
-¿A qué cura le confiesa sus pecados?… en caso de que los tenga, claro.
-No tengo cura confesor, pero sí pecados. Me entiendo directamente con Dios, aunque no tengo la línea directa que tiene Carrió, por ejemplo.
-Un personaje detestable en la Argentina de hoy.
-Lázaro Báez.
-Un ídolo.
-Mi abuelo Marcelino. Fue soldado de Alfonso XIII en África. Se vino a los 20 años. Cuando llegó fue lechero con la vaca en la calle, luego con la carretela. Formó una familia ejemplar. Si escucha El abuelo, de Alberto Cortez, allí están su vida y la mía.
-¿Maradona o Messi?
-Messi, sin dudarlo. Me gusta más futbolísticamente y me transmite muchísimo más como deportista y como persona. Lo veo sencillo, sincero y compañero; eso realza sus cualidades.
-¿De quién es hincha?
-Soy bostero, a morir. Le puedo recitar los grandes equipos de Boca. Mi viejo me puso Ernesto por Lazzatti, un 5 de aquella época. Aunque Tito Ueltschi (exgobernador de Mendoza), me sigue diciendo que fue por él. Era un gran amigo de mi viejo.
-¿Va a la cancha?
-Cuando puedo, voy a la Bombonera. Con el debido respeto, es como para un católico ir al Vaticano. La emoción te dura hasta la próxima visita.
-¿Qué hacemos con las barrabravas?
-Lo mismo que con todos los delincuentes: aplicar la ley sin eufemismos. Tal como corresponde. Un buen gobierno debe dejar de implementar iniciativas que solo se aplican al hincha común y alejan a la familia de la cancha. Y de una vez abordar con el Código Penal en la mano al puñado de delincuentes que ensucian al fútbol.
-El Fútbol para Todos, ¿acierto o error? ¿Hay que continuarlo, modificarlo o eliminarlo?
-Continuidad con correcciones. El Estado no tiene que financiar el fútbol y el Gobierno no debe hacer de los entretiempos un acto de proselitismo. La publicidad del fútbol debe ser privada, el financiamiento del fútbol debe ser privado, el Estado tiene otras prioridades en materia de salud, educación e infraestructura.
-Acabamos de festejar los 30 años en democracia. ¿Qué ha sido lo mejor para el país en este lapso?
-La tolerancia. Nadie en sus cabales levantaría un arma contra alguien que piensa distinto.
-¿Y en términos personales?
-Tuve muchas responsabilidades públicas y nunca perdí la motivación que me llevó a militar hace tanto tiempo. Me sigue movilizando, igual que antes, luchar contra la desigualdad, la injusticia y la decadencia.
-¿Y lo peor?
-La distancia que hay entre la política y la sociedad.
-De niño, ¿cuál era su superhéroe preferido? ¿Por qué?
-Robin Hood. Lo leí mil veces. Esa cosa de espíritu de equipo, bohemia, heroicidad, el sentido de justicia distributiva.
-¿Lo sigue siendo?
-Sí, claro. Me doy cuenta cuando veo alguna película del tema.
-¿A qué personaje de ficción le gustaría parecerse o emular?
- A Aladino. Tener un mago en el bolsillo para resolver todos los problemas.
-Póngale un color a la Presidenta. Y un ave.
-El color rosado. Es con el que se identifica a la mujer y ha sido la primera mujer elegida para ser presidenta. Un ave podría ser un águila que remite siempre a las alturas, al poder.
-A Cobos.
-Paso. Cualquier cosa que diga, me la van a tomar mal.
-A Paco Pérez.
- El gris. El suyo ha sido un gobierno de grises: sin grandes aciertos, sin grandes errores. No ha logrado sacar a Mendoza del deterioro.
-Un vino.
-Tres. Goyenechea Centenario, Roca malbec y Enzo Bianchi Grand Cru de Bianchi. Sanrafaelinidad al palo.
-¿Con quién va a pasar la fiesta del 31 y con qué ánimo?
-Con mis hijos y mis dos hermanos, somos un familión. Y en 2014 vienen, si Dios quiere, los dos primeros nietos. Mi hija y mi nuera están embarazadas.
-El 2014 pinta, en los papeles, como un año bravo. ¿Cuánto?
-Tan bravo como desafiante. Esperemos que el Gobierno lo mantenga en el marco de la ley, la racionalidad y la paz. Nosotros nos encargaremos de construir la alternativa, una alternativa de progreso, desarrollo y oportunidades.
-Sus deseos, en el brindis de fin de año.
-Dicen que las crisis son oportunidades. Deseo que Argentina aproveche esta oportunidad con un gobierno decente, con ideas y diálogo. El país está en condiciones de volver a ser líder en la región en los próximos diez años.
-Un lema.
-Si de noche lloras por el sol, no podrás disfrutar las estrellas. El Principito.
Entrevista publicada el 29 de Diciembre en el Diario Uno de Mendoza y realizada por el periodista Andrés Gabrielli