domingo, 1 de diciembre de 2013

Candidatos que no son Candidatos

El vicepresidente del Frente Renovador Unión por Entre Ríos cuestionó la decisión de Lauritto de no asumir su banca y la estrategia electoral del oficialismo que se centró en la figura de Urribarri. 
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En la última contienda electoral que definió a los legisladores nacionales que representarán a Entre Ríos en el Congreso, se llevó a cabo una especie de parodia política, cargada de extremo histrionismo electoralista y marketing publicitario. En este orden, un “sueño” que al parecer no va a evolucionar nunca al estado de vigilia, y un legislador oficialista electo que resultó sólo candidato testimonial, fueron ejes y consecuencias.

Pero vamos por partes. Luego del inesperado resultado cosechado en las PASO, a algún “iluminado” del equipo que asesora al Gobernador se le ocurrió una idea: borrar del mapa a los candidatos de su lista y hacer girar la campaña en tal figura como único protagonista, bajo el lema del “sueño entrerriano”.

Millonaria inversión en afiches, gigantografías, spots publicitarios de TV y radio fueron las herramientas utilizadas, a las que se sumó un cúmulo de notas de alcance nacional que mostraban al Gobernador Urribarri como el epicentro exclusivo de la campaña electoral, pese a ser tan sólo candidato a senador suplente.

Así, en un plan que no aceptaba contraparte, los candidatos del Frente para la Victoria pasaron a ser meros acompañantes que rellenaban las boletas con sus nombres, pero que en el desarrollo de la campaña eran apenas actores de reparto. Como declaró nuestro ex candidato Luis Leissa, incluso “en algunas ciudades hasta sacaron los afiches de Guastavino. Y eso termina siendo una farsa, porque el actual Gobernador no va a asumir nunca esa banca”.

Lo cierto es que el FpV ganó las elecciones y más de uno se frotó las manos. Tanta expectativa creada en torno al posible desembarco de Urribarri en la cúpula del poder kirchnerista había despertado un lógico entusiasmo en muchos entrerrianos de buena voluntad. ¿En qué consistía el “sueño entrerriano” sino en la Jefatura de Gabinete de Ministros para Urribarri? Finalmente, el que ganó la pulseada fue el gobernador chaqueño Jorge Capitanich y así el eslogan de campaña pasó al ostracismo; los afiches y gigantografías que tapizaron la provincia comenzaron a desaparecer y la espuma exitista bajó estrepitosamente, dejando su eco muy alejado, casi sin poder oírse. Silencio es todo lo que quedó.

Pero esto no terminó ahí. Como muchas veces todo tiene que ver con todo, ahora resulta que nos desayunamos otra tostada quemada: el primer candidato a diputado nacional, José Lauritto, no asumirá su banca y se quedará en la provincia ocupando su lugar como Ministro de Educación. No bastó leer dos veces la noticia para poder tragar el café con leche helado. No sólo que los candidatos fueron escondidos detrás de una boleta, sino que el primero en la nómina de diputados del FpV pasó a ser un candidato meramente testimonial. Doble estafa.

En reiteradas ocasiones nos quejamos del sistema de listas sábana porque detrás de los primeros candidatos, reconocidos en general por los ciudadanos, aparecen infinidad de nombres desconocidos, personas sobre las que casi no sabemos nada. Las listas fingidas o falsas que postulan a dirigentes que de antemano saben que no van a asumir para el que cargo que la ciudadanía los eligió, revisten mayor gravedad aún, porque se constituyen en una afrenta hacia la voluntad popular, que por repetida en la Argentina, no deja de chocar contra todo sentido republicano y democrático.

Entonces, cabe preguntarse: ¿qué concepto de democracia contempla en su raciocinio el kirchnerismo vernáculo con estos dos ejemplos descriptos? ¿De qué vale que un entrerriano elija una fórmula, como la oficialista, si la misma no lleva los candidatos que dice llevar? ¿Hasta qué punto creen poder tomar por zonza a una persona que elige a un candidato para representar sus intereses, sueños e ideales, si luego ni siquiera asumen su banca? Finalmente, ¿de qué vale la democracia cuando ésta es meramente utilizada como pantalla, sin respetar el designio popular y traicionando la confianza de los votantes?

Es obvio que en este juego de dobles discursos quien resulta mayormente perjudicado es el ciudadano, y lo que se deteriora con estas prácticas es el sistema democrático y republicano. En síntesis: falsas expectativas y engaños al electorado se llevaron puestas algunas ilusiones entrerrianas.


 

Fuente: Página Política

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