Sr
Gobernador:
El 27 de octubre pasado usted ganó las elecciones legislativas en la provincia de Entre Ríos, y en mi carácter de candidato por la UCR lo llamé para felicitarlo y desearle éxito en su gestión.
Digo que ganó porque toda la campaña la protagonizó sólo usted, prometiendo “el sueño entrerriano”, un slogan que suponía un futuro mejor para nuestra provincia de la mano de su proyección nacional.
Hoy, a pocos días de aquella elección, han pasado muchas cosas. Sus posibilidades de que la Presidente lo convoque han desaparecido, y los dolorosos hechos de la semana pasada ponen en evidencia que aquel sueño parece muy lejano. Creo, señor gobernador, que debería usted reflexionar serenamente sobre el significado de esa protesta, sobre las causas que la originaron, su gravedad, y sus posibles consecuencias.
En relación a los hechos recientes, considero que, si bien está clarísimo que nuestra Policía -como todos los agentes del Estado- necesitaban una recomposición de sus salarios, y que amplios sectores sociales de Concordia están sumidos en una pobreza estructural, han quedado más dudas que certezas en relación a como resolvió usted el conflicto.
Son gravísimas las sospechas que vinculan a algunos agentes con delincuentes que protagonizaron saqueos. Creo que la crueldad de los acontecimientos lo obliga a usted a una revisión de los planes de formación de los efectivos, y fundamentalmente a una evaluación profunda de la actual conducción de la fuerza, su conformación, sus conductas y su ejemplo hacia los subordinados.
Pero quiero detenerme, señor Gobernador, en el reclamo económico y las medidas que usted adopte para solucionarlo.
Como le decía, el deterioro de los sueldos es quizás lo más entendible de la protesta, es la chispa que encendió el fuego, en ésta y en otras provincias. La pérdida del valor de los ingresos genera angustia e indignación no sólo en los policías, sino en todas las familias de los asalariados entrerrianos (públicos o privados). Los trabajadores comprueban indefensos que el empecinamiento del gobierno kirchnerista en no reconocer los problemas de la economía agravan día a día la situación.
Parece que la violencia de los sucesos de la semana pasada lo han convencido que es necesario mejorar los sueldos públicos, y, como era de esperar, las mejoras salariales que usted dio a los policías provocaron el lógico reclamo de los demás empleados públicos. Empleados que ni siquiera piden una mejora en sus ingresos, sino que reclaman que se considere el perjuicio que han sufrido por la inflación.
Señor Gobernador, usted sabe que sólo para equiparar el daño que ha causado la inflación real en los salarios públicos hace falta inyectar más de 3.000 millones de pesos adicionales en las cuentas del Estado provincial durante el año próximo. Ante esta inevitable realidad parece que nuevamente, en vez de exigir a la Nación que envíe los recursos que nos retiene y que legítimamente nos corresponden, usted va a recurrir al viejo recurso de proponer una “reforma impositiva provincial”. Esto significa volver a cargar sobre las espaldas de los entrerrianos el costo de la mala gestión económica de su gobierno y del gobierno nacional.
La presión tributaria sobre los contribuyentes entrerrianos en general, y sobre el campo en particular, no soporta más aumentos. La amplia moratoria que tuvo que dictar a mitad de año, en plena campaña del sueño entrerriano, es un claro ejemplo de lo que sostengo. Ya se lució usted ante el Gobierno Nacional por ser el gobernador que más aumentó la recaudación propia luego de las elecciones de 2011.
¿Usted es consciente del impacto que tendría sobre los entrerrianos si a esos más de 3.000 millones los obtiene mediante el aumento de los impuestos provinciales?
Señor Gobernador, haga lo que tiene que hacer: reclame el 15% de coparticipación que nos quita el gobierno nacional, (quita que responde a la época en que se privatizó el sistema previsional. Ahora el sistema volvió al Estado y, además, nuestra provincia conserva la Caja de Jubilaciones), y pida a sus legisladores nacionales que voten la coparticipación del 100% del impuesto al cheque. Sólo con estas dos acciones, usted podrá compensar los necesarios ajustes salariales y no tendrá que intentar exprimir una naranja a la que ya se le ha sacado todo el jugo.
Atentamente.
(*) Ex Diputado nacional por Entre Ríos. Dirigente de la Unión Cívica Radical (UCR) provincial
El 27 de octubre pasado usted ganó las elecciones legislativas en la provincia de Entre Ríos, y en mi carácter de candidato por la UCR lo llamé para felicitarlo y desearle éxito en su gestión.
Digo que ganó porque toda la campaña la protagonizó sólo usted, prometiendo “el sueño entrerriano”, un slogan que suponía un futuro mejor para nuestra provincia de la mano de su proyección nacional.
Hoy, a pocos días de aquella elección, han pasado muchas cosas. Sus posibilidades de que la Presidente lo convoque han desaparecido, y los dolorosos hechos de la semana pasada ponen en evidencia que aquel sueño parece muy lejano. Creo, señor gobernador, que debería usted reflexionar serenamente sobre el significado de esa protesta, sobre las causas que la originaron, su gravedad, y sus posibles consecuencias.
En relación a los hechos recientes, considero que, si bien está clarísimo que nuestra Policía -como todos los agentes del Estado- necesitaban una recomposición de sus salarios, y que amplios sectores sociales de Concordia están sumidos en una pobreza estructural, han quedado más dudas que certezas en relación a como resolvió usted el conflicto.
Son gravísimas las sospechas que vinculan a algunos agentes con delincuentes que protagonizaron saqueos. Creo que la crueldad de los acontecimientos lo obliga a usted a una revisión de los planes de formación de los efectivos, y fundamentalmente a una evaluación profunda de la actual conducción de la fuerza, su conformación, sus conductas y su ejemplo hacia los subordinados.
Pero quiero detenerme, señor Gobernador, en el reclamo económico y las medidas que usted adopte para solucionarlo.
Como le decía, el deterioro de los sueldos es quizás lo más entendible de la protesta, es la chispa que encendió el fuego, en ésta y en otras provincias. La pérdida del valor de los ingresos genera angustia e indignación no sólo en los policías, sino en todas las familias de los asalariados entrerrianos (públicos o privados). Los trabajadores comprueban indefensos que el empecinamiento del gobierno kirchnerista en no reconocer los problemas de la economía agravan día a día la situación.
Parece que la violencia de los sucesos de la semana pasada lo han convencido que es necesario mejorar los sueldos públicos, y, como era de esperar, las mejoras salariales que usted dio a los policías provocaron el lógico reclamo de los demás empleados públicos. Empleados que ni siquiera piden una mejora en sus ingresos, sino que reclaman que se considere el perjuicio que han sufrido por la inflación.
Señor Gobernador, usted sabe que sólo para equiparar el daño que ha causado la inflación real en los salarios públicos hace falta inyectar más de 3.000 millones de pesos adicionales en las cuentas del Estado provincial durante el año próximo. Ante esta inevitable realidad parece que nuevamente, en vez de exigir a la Nación que envíe los recursos que nos retiene y que legítimamente nos corresponden, usted va a recurrir al viejo recurso de proponer una “reforma impositiva provincial”. Esto significa volver a cargar sobre las espaldas de los entrerrianos el costo de la mala gestión económica de su gobierno y del gobierno nacional.
La presión tributaria sobre los contribuyentes entrerrianos en general, y sobre el campo en particular, no soporta más aumentos. La amplia moratoria que tuvo que dictar a mitad de año, en plena campaña del sueño entrerriano, es un claro ejemplo de lo que sostengo. Ya se lució usted ante el Gobierno Nacional por ser el gobernador que más aumentó la recaudación propia luego de las elecciones de 2011.
¿Usted es consciente del impacto que tendría sobre los entrerrianos si a esos más de 3.000 millones los obtiene mediante el aumento de los impuestos provinciales?
Señor Gobernador, haga lo que tiene que hacer: reclame el 15% de coparticipación que nos quita el gobierno nacional, (quita que responde a la época en que se privatizó el sistema previsional. Ahora el sistema volvió al Estado y, además, nuestra provincia conserva la Caja de Jubilaciones), y pida a sus legisladores nacionales que voten la coparticipación del 100% del impuesto al cheque. Sólo con estas dos acciones, usted podrá compensar los necesarios ajustes salariales y no tendrá que intentar exprimir una naranja a la que ya se le ha sacado todo el jugo.
Atentamente.
(*) Ex Diputado nacional por Entre Ríos. Dirigente de la Unión Cívica Radical (UCR) provincial
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